Hoy traigo la reseña de una película de mi infancia. Hacía mucho tiempo que no la veía y me emocionó mucho reencontrarme con ella.
Título en español: El lago azul
Director: Randal Kleiser
Guionista: Douglas Day Stewart (Novela: La laguna azul
de Henry De Vere Stacpoole)
Banda sonora de: Basil Poledouris
Director de fotografía: Néstor Almendros
Nacionalidad: EEUU
Año:1980
Reparto: Brooke Shield, Christopher Atkins, Leo McKern, William Daniels, Elva Josephson, Glenn Kohan...
Sinopsis: Dos niños, Emmeline y Richard, y el cocinero de un barco, únicos supervivientes de un naufragio, son arrastrados por el mar hasta una isla desierta. Poco después, el cocinero muere y los niños tienen que arreglárselas solos. Con el paso del tiempo, Emmeline y Richard crecen y sus cuerpos empiezan a experimentar los cambios propios de la adolescencia.
Recuerdo ver esta película de pequeña y no entender casi nada, obviamente. Es más, mis madre me dejarla verla por partes, y la convirtió en un fruto prohibido, que todos sabemos, son los más deliciosos.
Emmeline y Richard viven solos en una isla después de un terrible naufragio. El hecho de que crezcan sin ser influenciados por nada ni nadie, los hace muy especiales para mí. Tomaban sus decisiones según lo que sentían, sin tener en cuenta las típicas complicaciones sin sentido de hoy en día que es algo prácticamente inconcebible en la actualidad.
Nos muetra el punto de vista inocente y puro que la mayoría tendríamos hacia las circunstancias naturales que van surgiendo en la vida. Llama la atención sus opiniones aunque algo influenciadas por lo que recuerdan de su vida en sociedad, pero prácticamente primitivas, sobre temas como la religión, la naturaleza, los animales, sus propios cuerpos... Sin ir más lejos: la pubertad. En la película la describen de un modo insuperable para mí. Muestra que los problemas surgen, y los causantes no tienen por qué ser los demás, sino nosotros mismos.
Hacia la mitad de la película se vuelve tremendamente romanticona
e incluso erótica sin enseñar nada, por eso es especial. Será que soy casi una adolescente y estas cosas me llegan mucho, pero la idea de ver a dos personas que se quieren si que haya nadie ni nada que se lo impida me emociona mucho.
A crear este ambiente de amor puro, inocente y natural en una isla paradisíca ayudan la fotografía y la banda sonora. Se muestran planos diferentes y preciosos. Hay escenas en las que los protagonistas bucean desnudos en el mar, y esos planos, acompañados de una banda sonora bastante acertada, hizo que se me escapara alguna que otra lagrimilla.
Los actores no brillan por su magnificencia, la verdad, pero cumplen con su papel de adolescentes enamorados. Gracias a esta película la joven Brooke Shields saltó a la fama, y Christopher Atkins, para ser sincera, no sé dónde ha ido a parar. A lo mejor sí que es verdad eso de que se perdió en un naufragio...
Lo único malo que tiene la película es que al ser dos únicos actores la mayor parte de la cinta los que aparecen, a algunos puede resultarle algo aburrido. Pero eso no es impedimento para mí, la verdad.
Esta película sólo se la recomiendo a gente sensible, porque si no os va a parecer un rollazo insufrible. Lo aviso.
Y una aclaración: he visto las secuelas de la película El regreso al lago azul y El lago azul: El regreso, y he de decir que son patéticas y en mi opinión no merecen la pena, sobretodo la última.
En resumen, historia romántica, natural y diferente a lo que suele haber, con una fotografía sobresaliente y una banda sonora emotiva, que crea un ambiente paradisíaco (no sólo hablo del paisaje) que a todos nos gustaría vivir.
Y mi valoración...
Sinopsis: Dos niños, Emmeline y Richard, y el cocinero de un barco, únicos supervivientes de un naufragio, son arrastrados por el mar hasta una isla desierta. Poco después, el cocinero muere y los niños tienen que arreglárselas solos. Con el paso del tiempo, Emmeline y Richard crecen y sus cuerpos empiezan a experimentar los cambios propios de la adolescencia.
Recuerdo ver esta película de pequeña y no entender casi nada, obviamente. Es más, mis madre me dejarla verla por partes, y la convirtió en un fruto prohibido, que todos sabemos, son los más deliciosos.
Emmeline y Richard viven solos en una isla después de un terrible naufragio. El hecho de que crezcan sin ser influenciados por nada ni nadie, los hace muy especiales para mí. Tomaban sus decisiones según lo que sentían, sin tener en cuenta las típicas complicaciones sin sentido de hoy en día que es algo prácticamente inconcebible en la actualidad.
Nos muetra el punto de vista inocente y puro que la mayoría tendríamos hacia las circunstancias naturales que van surgiendo en la vida. Llama la atención sus opiniones aunque algo influenciadas por lo que recuerdan de su vida en sociedad, pero prácticamente primitivas, sobre temas como la religión, la naturaleza, los animales, sus propios cuerpos... Sin ir más lejos: la pubertad. En la película la describen de un modo insuperable para mí. Muestra que los problemas surgen, y los causantes no tienen por qué ser los demás, sino nosotros mismos.
Hacia la mitad de la película se vuelve tremendamente romanticona
e incluso erótica sin enseñar nada, por eso es especial. Será que soy casi una adolescente y estas cosas me llegan mucho, pero la idea de ver a dos personas que se quieren si que haya nadie ni nada que se lo impida me emociona mucho.
A crear este ambiente de amor puro, inocente y natural en una isla paradisíca ayudan la fotografía y la banda sonora. Se muestran planos diferentes y preciosos. Hay escenas en las que los protagonistas bucean desnudos en el mar, y esos planos, acompañados de una banda sonora bastante acertada, hizo que se me escapara alguna que otra lagrimilla.
Los actores no brillan por su magnificencia, la verdad, pero cumplen con su papel de adolescentes enamorados. Gracias a esta película la joven Brooke Shields saltó a la fama, y Christopher Atkins, para ser sincera, no sé dónde ha ido a parar. A lo mejor sí que es verdad eso de que se perdió en un naufragio...
Lo único malo que tiene la película es que al ser dos únicos actores la mayor parte de la cinta los que aparecen, a algunos puede resultarle algo aburrido. Pero eso no es impedimento para mí, la verdad.
Esta película sólo se la recomiendo a gente sensible, porque si no os va a parecer un rollazo insufrible. Lo aviso.
Y una aclaración: he visto las secuelas de la película El regreso al lago azul y El lago azul: El regreso, y he de decir que son patéticas y en mi opinión no merecen la pena, sobretodo la última.
En resumen, historia romántica, natural y diferente a lo que suele haber, con una fotografía sobresaliente y una banda sonora emotiva, que crea un ambiente paradisíaco (no sólo hablo del paisaje) que a todos nos gustaría vivir.
Y mi valoración...
7/10 |
Atentamente: Alférez Manostijeras
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